jueves, 30 de mayo de 2013

Gazapos de cine: El dichoso raccord

Aprovechamos una nueva sección de nuestro gazapos para aclarar a su vez el raccord o continuidad cinematográfica entre los distintos planos que constituyen una secuencia. Una continuidad que de credibilidad a la histoira como algo lineal, es decir sin cambios bruscos de iluminación, de escenario o vestuario. Algo que se antoja lógico y esencial para el devenor de una buena película y que sin embargo es un verdadero quebradero de cabeza para montajistas y directores. Aquí algunas muestras encontradas por el amplio mundo de internet, al que na da se le escapa, que nos sirven de ejemplo y de paso nos ilustran un nuevo capítulo de gazapos de cine.

En la saga Terminator aparecen dos grandes ejemplos da fallos de raccord. Una persecución en donde un coche pierde el parabrisas para luego por arte de magia recuperarlo o un misterioso avión que cambia de número de matrícula en pleno vuelo.



De persecuciones también va el siguiente gazapo y es que en Commando en una vertiginosa fuga el bueno de Arnie descalabra por completo el lateral de su flamante coche, pero no pasa nada porque tiene la capacidad de arreglarse solo. Así da gusto.


Ni las grandes superprodiciones más reciente se salvan de la quema, sino Ventanas que se arreglan misteriosamente, personas que desaparecen es cuenstión de milesimas de segundo. Todo parece posible en las nuevas aventuras de Spiderman.


He aquí solo un puñado de ejemplos de gazapos relacionados cone la raccord, solo es cuestión de que buceéis un poco más por la red para darse cuenta de que con un buen ojo y mucha atención se pueden destripar cientos de errores de raccord en la gran mayoría de películas actuales.

viernes, 24 de mayo de 2013

Parejas míticas


A lo largo de más de cien años de historia el cine nos ha dejado cientos de recuerdos e interpretaciones imborrables en forma de películas. Miles de retazos de historias que han sabido calar en la historia del denominado séptimo arte y todas ellas anclada en soberbias interpretaciones por distintas generaciones de actores y actrices que a lo largo de estas décadas han dado lustro al universo cinematrográfico. Desde este rincón y a modo de repaso vamos a centrarnos en parejas cinematográficas, que gracias a sus múltiples colaboraciones o simplemente a su feeling y saber hacer en pantalla han dejado una huella indeleble e imperecedera para todos los que amamos el cine.

Ginger Rogers y  Fred Astaire

La pareja de baile por excelencia. Dejaron momentos inolvidables para la historia del cine en sus múltiples colaboraciones allá por los años treinta. Luego Ginger decidió independizarse para versatilizar un poco más su trabajo, llevando a Fred por un peregrinaje de parejas, más o menos fiable, aunque sin llegar a las cotas alcanzadas en este puñado de grandes obras. Tan famosos fueron que hasta el gran Fellini le rinde un homenaje en los años ochenta.



Dos de los mejores interpretes de todos los tiempos coincidieron en su juventud en un puñado de comedias claves para el devenir del género y la mayoría de ellas consideras auténticas obras maestras de la historia de cine.


Vivien Leigh y Laurence Olivier

Aunque su colaboración se ciñe a un par de cintas en su etapa inglesa, la importancia de esta pareja en ele cine se antoja clave para incluirlos en la sección. Dos grandes interpretes (muchos críticos consideran a Olivier como el mejor de la historia) con un vida marital en común y excelentes carreras por separado.


KateHepburn y Spencer Tracy

De nuevo Katharine Hepburn formando otra pareja mítica y con la comedia como telón de fondo. En este caso con colaboraciones a lo largo de más de veinte años de carrera y que finalizaron con el fallecimiento a finales de los sesenta de Tracy. Una relación que trascendió incluso mucho más allá de la gran pantalla y que pese a que Tracy nunca dejó a su esposa era vox populi su relación con Kate.



Los amos del cine negro por excelencia. Protagonistas no solo de obras clave del género, sino del cine en general. Si mito se agrandó mucho más lejos de la gran pantalla al convertirse en pareja, salvando la gran diferencia de edad, hasta la muerte de Bogart.


Verónica Lake y Alan Ladd

La alternativa de Bacall y Bogart dentro del cine negro. Quizá no contasen con el carisma de la anterior pareja pero su aparición en ciertos títulos clave y su gran entendimiento en la gran pantalla los hacen merecedores de esta sección.


Doris Day y Rock Hudson

El apuesto y gallardo Rock Hudson encontró a su media naranja cinematográfica en la candida y pizpireta Doris Day para una serie de comedias y dramas románticos de gran éxito en los años sesenta y que encumbró al estrellato a la pareja.


ElizabethTaylor y Richard Burton

Su tortuosa relación, con dos bodas de por medio, hizo que corriesen ríos de tinta. Dentro de la gran pantalla, en donde ese conocieron, colaboraron en un buen número de películas  a lo largo de casi dos décadas de cine, con la gran “Cleopatra” (1963) incluida entre las mismas


Julia Roberts y Richard Gere

No fueron muchas la colaboraciones entre la denominada reina de América y uno de lo galanes más imponente de los últimos años. Sin embargo el gran éxito de “Pretty Woman” (1990) los encumbra como una de las parejas por excelencia de la historia del cine y todo pese a que su reencuentro nueve años después con “Novia a la fuga (1999) fue todo un fiasco.


Meg Ryan y Tom Hanks

Otra de las parejas románticas fruto de los años noventa. Participaron en tres exitosas películas y se reencontraron recientemente. Un Tom Hanks que ha sabido evolucionar hasta convertirse en uno de los referentes de Hollywood y una Meg Ryan que no ha sabido gestionar tan bien su fama como estrella de la comedia romántica, cayendo poco a poco en el olvido.


jueves, 23 de mayo de 2013

Frases de cine


"Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo"

Jose Luis López Vázquez como Fernando galindo en "Atraco a las tres" (1962)

miércoles, 22 de mayo de 2013

John Ford


Hablar de John Ford son palabras mayores, es hablar del padre del western, todo un referente dentro de uno de los géneros más importantes de séptimo arte. Descubridor de grandes mitos como John Wayne y todo un impulsor e innovador de un género que vio prácticamente nacer en la época muda y al que llevó a las cotas más altas con clásicos imperecederos que quedaron como legado de su obra en la época de oro de un género que tras notó en demasía su falta hasta caer paulatinamente en el olvido hasta la llegada revitalizadora en los años sesenta de spaghetti western.

Es además uno de los directores más laureados con cuatro entorchados a mejor director (de un total de cinco nominaciones). Películas que curiosamente ninguna de ellas es un western, el género por que que sin lugar a ninguna duda es y será siempre recordado.

Irlandés de origen, como bien se comprobará a lo largo de su obra, tiene claro que se dedicará al cine desde muy temprano, de ahí la longevidad de su obra, más de cincuenta años de profesión y su gran legado filmográfico con más de 150 películas en su haber. Su trabajo comienza ya en la temprana época muda, datando sus primeras trabajos de un lejano 1917, sin embargo su primera gran obra y la joya de la corona de su época silente a  una superproducción de la época como “El caballo de hierro” (1924), western que gira en torno al ferrocarril y a los pioneros conquistadores del inhóspito oeste americano y en el que John Ford da ya muestras de lo que va a ser su cine.


Ya en la etapa sonora y tras una serie de obras de distinta índole como “Río arriba” (1930), “El Dr. Arrowsmith” (1931) o “La patrulla perdida” (1934), John Ford adapta una novela bélica sobre su tan añorada Irlanda de título “El delator” (1935) y como consecuencia, y pese a no ser una de sus obras más recordadas el director se alza con su primera estatuilla.


Y tras otra fase de alternancia de diversos géneros, incluido el histórico con un más que decente versión de “Maria Estuardo” (1936), John Ford cierra los años treinta con la que se considera la primera de sus obra maestras, que paradójicamente no le acarrea un nuevo premio como director (quedando “solo” como nominado). En “La diligencia” (1939) no solo logra perfeccionar el género western, sino que presenta para el género un joven actor de andar desgarbado que ya se empezaba a dar a conocer por el género y que responde al nombre de John Wayne, el cual se erige en auténtico protagonista del la cinta, en lo que será su primer gran papel de muchos que lo encumbrarán a mito del género. Además en la película podemos observar el hoy en día famoso monument valley, famoso gracias en parte a ser una de las localizaciones favoritas del director en sus recurrentes western.


Los años cuarenta comienzan demostrando que la figura de John Ford acababa de asentarse con fuerza en el difícil mundo de Hollywood, aparte de otro gran western de ese especial binomio creativo forjado durante años con John Wayne de título “Hombres intrépidos” (1940), adapta a la gran pantalla la monumental “Las uvas de la ira” (1940) de Steinbeck, que a parte de convertirse en todo un referente del séptimo arte le otorga su segunda estatuilla.


Antes del estallido de la segunda guerra mundial en la que servirá como excelente documentalista a fin de levantar los ánimos de las minadas tropas norteamericanas, teien tiempo de repetir hazaña con otro clásico imperecedero como”¡Qué verde era mi valle!” (1941), que no solo fue la película del año sino que le reporta su tercera estatuilla como mejor director.


Tras el conflicto y con producciones de tipo bélico como “No eran imprescindibles” (1946), John Ford retorna al western para aventurarse en lo que a la postres se consideraría la etapa de oro del género. Prosiguen los años cuarenta buenas obras “Tres padrinos” (1948) o “El fugitivo” (1947).


Sin embargo esta época de tal creatividad y apogeo del género es recordada por otras dos obras maestras de John Ford. “Fort Apache” (1948) y  sobre todo “La pasión de los fuertes” (1946) con un exultante Henry Fonda.
 

Con “Rio grande” (1950) abre su participación en los años cincuenta que en su comienzo estarían marcadas por otras dos grandes obras que nos dejaría el directo como legado. “El hombre tranquilo” (1952), película costumbrista con reminiscencias irlandesas y de nuevo al alado de John Wayne, película que por otra parte del depara su cuarta y última estatuilla, y una incursión en el cine de aventuras como “Mogambo” (1953), imperecedera cinta con un excelente reparto bajo sus órdenes.



El auge en aquellos momentos del fenómeno televisivo desvía la atención de Ford cara un medio que tenía visos de convertirse en una seria alternativa al cine, en una próspera sociedad de postguerra cada vez más cambiante. Su regreso a la gran pantalla es por la puerta grande, es el considerado por críticos y expertos el mejor western de la historia. Un filme que termina de mitificar la imagen del director y del su actor fetiche como iconos del género. Un épica aventura a través del árido oeste de título “Centauros del desierto” (1956).


El final de los cincuenta y principio de los sesenta deparan obras importantes como “Misión de audaces” (1959) o “Dos cabalgan juntos” (1961) que siguen demostrando que el western se encuentra en un óptimo estado de forma y que pese a que su declive comienza a vislumbrase, aun es capaz de facturar buenas películas.


La siguiente parada obligada en su obra es para “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962), que con permiso de sus últimas obras está considerada como el último gran legado de este maestro del cine. Todo un ejemplo de western psicológico en donde tanto James Stewart como John Wayne brillan con luz propia.


Su carrera se prolonga un par de años más desde esta obra, finalizando a mediados de los años sesenta. Con ella se finaliza una de las más longevas y exitosas de un director en Hollywood, revitalizador de un género y mentor de una gran hornada de directores que se dedicaron a engrandecer y revitalizar el western.

lunes, 13 de mayo de 2013

Obituario

Sara Montiel (10/3/1928 - 8/4/2013) - La primera actriz mediatica española. A parte de una longeva carrera en España fue toda una pionera en Hollywood.










Deanna Durbin (4/12/1921 - 30/4/2013) - Actriz y cantante nortemaricana famosa en los años cuarenta por sus musicales y comedias ligeras.










Ray Harryhausen (29/6/1920 - 7/5/2013) - Productor y técnico de efectos especiales de hollywod. Fue el creador del stop-motion.










Alfredo Landa (3/3/1933 - 9/5/2013) - Uno de los actores más populares del cine español. Gracias a sus comedias costumbristas fue el perfecto representante del español medio durante el franquismo.




miércoles, 8 de mayo de 2013

Cine bélico: La guerra de Irak



Tras tiempo en la recamara retomamos el ciclo bélico avanzando en el tiempo unos cuantos años hasta llegar prácticamente a la actualidad y es que la guerra llevada a cabo entre los EEUU y sus aliados en contra de del régimen iraquí de Sadam Hussein que ya comenzó allá por los años noventa con la invasión de Kuwait por parte de Iraq, país que ambicionaba el potencial petrolífero de su pequeño e indefenso vecino. Un hecho que agitó a las naciones unidas y que obligó a George Bush padre a comenzar un conflicto, que tras una larga tregua finalizaría su hijo décadas después a raíz de los hechos del famoso 11s

Importantes acontecimientos, claves para entender las relaciones mundiales actuales, y  que parte de cambiar el concepto de seguridad en el mundo occidental, creó una especie de histeria colectiva del pueblo norteamericano en contra de todo lo musulmán, extrapolando el mismo mucho más allá del régimen talibán (que a manos de Osama Bin Laden se había reivindicado como autor de los atentados que desmoronaron a la mayor nación de la tierra en esos momentos) para extenderlos al siempre molesto y beligerante régimen de Hussein, alegando que se estaba alentando a la construcción y ocultación al resto del mundo armas de destrucción masiva, acusación que acabó de nuevo con el ejercito norteamericano en tierras iraquíes y esta vez para derrocar de una vez por todas al tirano de oriente medio, juzgado y muerto por la justicia norteamericana, por una armas de destrucción masiva, que por otra parte todavía se siguen buscando hoy en día.

Teorías a parte, este conflicto lleno de hostilidad entre dos mundos tan distintos como oriente y occidente le sirve a Hollywood para nutrirse de nuevos argumentos pare renovar el siempre tan recurrido cine bélico y he aquí algunos ejemplo para los amantes del género.

El conflicto en si no deja de ser una intervención americana en el conflicto que el régimen iraquí repele no con una confrontación directa, algo que por otra parte se antojaría extremadamente desigual, sino con un especie de guerra de guerrillas, atentados y emboscadas en contra de grupos de soldados o convoyes humanitarios. Escaramuzas recogidas en películas como “Tresreyes” (1999), ambientada en la primera incursión americana en tierras de oriente medio durante el mandato de George Bush padre o las ya más recientes “American soldiers” (2005), “La sombra del reino” (2007) o “La batalla de Hadiza” (2007)




Desde suelo norteamericano hay muchos más ejemplo de cine centrado en el conflicto, cine en cierto modo propagandístico y generalmente partidista que ayuda a justificar, como en otras muchas contiendas, la intervención norteamericana. Buenos ejemplos serían "Time bomb” (2008), “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (2008), “Regreso al infierno” (2006) o quizá las más reconocible y exitosas de todas “En el valle de Elah” (2007) y  la premiada “En tierra hostil” (2008)


Sin embargo también hay un crítica a este tipo de conflictos en los que siempre se recuerda que nunca hay vencedores, sino vencidos y se postulan cuestionando este tipo de acontecimientos como principal alternativa a la resolución de conflictos internacionales. Obras críticas como “Iraq: el valle de los lobos” (2006), que pese a ser crítica con algo tan repudiable como el terrorismo, cambia el punto de vista del conflicto, humanizando en cierto modo a los musulmanes, denostados por la industria norteamericana. Otros ejemplos son “Las tortugas también vuelan” (2004) o “Redacted” (2007), centradas en los auténticos mártires de este tipo de conflictos: los jóvenes. O al igual que hiciera con la segunda guerra mundial con la afamada “La vida es bella” (1997), Begnini despliega una nueva fábula ambientada en este conflicto, aunque con mucha menor repercusión mediática como fue “El tigre y la nieve” (2005) 




Las consecuencias psicológicas de tan traumáticos hechos en los combatientes también son tratadas en “La marca de Caín” (2007) y “Stop loss” (2008), jóvenes soldados torturados por acontecimientos violentos que marcarán el devenir de sus vidas.

La guerra de Independencia americana