miércoles, 6 de febrero de 2013

Laurence Olivier


El británico Laurence Olivier es catalogado por muchos como el mejor actor que ha dado la historia del cine. Su calidad interpretativa está fuera de ninguna duda, un actor curtido en el teatro y gran amante de Shakespeare, como bien se demuestra a lo largo de su obra, que se convierte en un especie de precursor de lo que vendría después a partir de los años cincuenta con la famosa generación de actores del método salidos de Actor´s Studio  de Nueva York. Si a todo ello le sumamos su acierto tras la cámara y una incontable suma de prestigiosos premios nos lleva hacia una figura de leyenda.

Ya desde una edad muy temprana se podría entrever lo que el mundo del cine le depararía a un joven Larry. En el colegio asombró a todos por su interpretación de Julio Cesar en la obra homónima de Shakespeare. Esta gran acogida le introdujo el gusanillo del teatro, llevándolo a estudiar arte dramático, a fin de convertirlo en su modo de vida y labrándose una carrera teatral cada vez más exitosa, convirtiéndose sobre todo en un experto en papeles shakespirianos.

Así la llamada de Hollywood solo era cuestion de tiempo y tras un serie de papeles menores en el cine británico le llegó la hora de dar el paso un cine norteamericano, ávido de galanes y sobre todo buenos actores. Su primer gran papel llegó casi cerrando la década de los años treinta gracias a un gran clásico de Emily Bronte llevado al cine por William Wyler, con su excelente papel en “Cumbres borrascosas” (fue su primera nominación a los Oscar), Laurence Olivier entraba definitivamente en el olimpo de los actores de Hollywood.


Su estela de galán se siguió acentuando gracias al Hitchcock, que lo ve como el perfecto aristócrata Maxim De Winter en el relato de Daphne Du Maurier “Rebeca” (1940) que le aporta otra nominación al Oscar.


Tras el lógico parón de la segunda guerra mundial, que dedicó  formar películas de propaganda bélica de un bagaje muy inferior a sus posibilidades, Olivier regresa a la gran pantalla adaptando su primera obra de Shakespeare. Una obra total que el dirige e interpreta y que todavía hoy no es solo la mejor adaptación de “Enrique V”, sino que está considerada como una de las mejores películas de todo los tiempos. Para hacernos una idea de la trascendencia del trabajo en esta obra por parte de Laurence Olivier simplemente nos llega con aportar un dato: Hollywood le concede un Oscar honorífico por su trabajo en “Enrique V”, una de las contadas situaciones en la que la academia premia de tal forma a una obra.


El rotundo éxito de la película le da alas a Olivier para seguir adaptando a Shakespeare, en este caso le toca a “Hamlet” (1949). La historia del príncipe nórdico le depara su otro Oscar más a sumar al honorífico esta vez como mejor actor y una nominación como director, amén de convertirse en la mejor película del año, alzándose también con la pertinente estatuílla que así lo acreditaba. Otro gran éxito en la carrera de un polifacético actor empeñado en demostrar que la calidad de sus interpretaciones estaban al alcance de muy pocas personas.


Tras un par de obras menores, Olivier cierra su particular trilogía sobre obras de Shakespeare con “Ricardo III” en 1955. Otro gran acierto y una nueva nominación como mejor actor, en lo que sería la guinda final a su principal legado al mundo del cine.


Tras esta etapa, Olivier dirige su última película en 1959 con “El príncipe y la corista”, que el mismo interpreta junto a la díscola Marilyn Monroe, y que cuya relación en parte se recoge en la reciente “Mi semana con Marilyn” (2011).


A raíz de la misma y tras finalizar el largo y tumultuoso matrimonio con la también actriz Vivien Leigh, el talento de Olivier se reptarte entre el cine, el teatro y la recién llegada televisión. En la década de los sesenta se lo ve en diversas cintas bélicas, interpretando de nuevo a Shakespeare (“Otelo” [1965]), nuevas nominaciones a los Oscar (“El animador” [1960]), pero sin duda por el papel que más será recordado en esta época es el de Marco Licinio Craso en la majestuosa obra de Kubrick “Espartaco” (1966).


Los setenta supusieron una merma en su trabajo, Olivier ya se limitaba a aparecer como secundario o aportaciones contadas en películas menores, sabedor que sus buenos días ya habían quedado atrás. Aún así nuevas condecoraciones le iban llegando ya el veterano actor en forma de nuevas nominaciones al Oscar por cintas como la excelente obra de Mankiewicz “La huella” (1972), “Marathon man” (1976) a más gloria de Dustin Hoffman o como nazi refugiado en la inquietante “Los niños del Brasil” (1978).


Sus últimos años le valieron para llevar su nuevo Oscar honorífico en este caso en 1989 por toda su carrera y para seguir rodando a su amado Shakespeare hasta su muerte precisamente en 1989. Curiosamente su última aportación al mundo de cine es muy sonada, pues llega en “Sky captain y el mundo del mañana” rodada en 2004, quince años después de su fallecimiento y en donde Sir Laurence Oliver hacía una pequeña aportación en forma de holograma, y es que ya se sabe con autores de tal talla ni la mismísima muerte parece poner fin a tal caudal de talento.

2 comentarios:

  1. Buen apunte. Creo que no hubieran venido mal unas pequeñas menciones al trabajo de Olivier en cintas como "Carrie", "Karthoum" y "Las Sandalias del Pescador", donde interpreta magistralmente a cada uno de sus personajes mostrando facetas totalmente diferentes. Por cierto, el film "Karthoum", en especial, parece ser hoy bastante minusvalorado en relación a lo que merece a la luz del gran espectáculo que muetra, tanto "comercial" como artístico. Y allí Olivier verdaderamente se luce.

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  2. Gracias por la aportación. Uno siempre intenta ser lo más ecuánime posible en esta serie de filmografías, pero siempre ha de quedar alguna atrás a fin de no extender demasiado el post y evitar que se vuelva demasiado farragoso. Aún asi tienes toda la razón. Son cintas, aunque no claves en su filmografía, si muy rescatables. A buen seguro que si sigues el blog acabarás encontrando referencias a las mimas en otros post, pues bien son mereceoras de ser analizadas. Saludos

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