lunes, 10 de septiembre de 2012

Catherine Deneuve


Nos centramos hoy en una de las grandes damas no solo del cine francés sino incluso con un carácter más global. Ya superados los sesenta y cinco años es reacia a “jubilarse” y rueda nuevas aportaciones a un asombroso ritmo de varias apariciones por año. Puede decir bien alto que trabajó y rayó a gran nivel con imporantes directores de distintas nacionalidades como Buñuel, Demy, Polanski, Oliveira. Lars Von Trier…Su filmografía pese a ser eminentemente francesa es un amalgama de distintas nacionalidades que enriquecen aun más su extensa y completa obra. Estamos hablando por supuesto de Catherine Deneuve.

Pese a que comenzó su carrera a finales de los años cincuenta siendo apenas una adolescente no fue has la siguiente década cuando su trascendencia en el mundo del cine fue en aumento pudiendo firmar obras capitales como “Los paraguas de Cherburgo” de Jacques Demy o “Repulsión” de Roman Polanski.


En los sesenta se confirma como una de las actrices más prometedoras del panorama internacional al formar parte de una de las principales autores españoles, eso si desde el exilio, de todos los tiempos. La podemos ver bellísima en “Belle de jour” de Buñuel en uno de los papeles que a buen seguro los cinéfilos asociamos de manera inequívoca al referirnos a la rubia actriz francesa.


Del buen hacer de la actriz responden los directores que se han ido cruzando en su camino pues se la puede ver en varias obras de Demy, convirtiéndose en su auténtica musa y con quien repetiría éxito con “Piel de asno” (1970), la tercera de sus distintas colaboraciones o con Buñuel con quien repetiría con “Tristana” (1970) rodada en suelo español y “La mujer con la botas rojas” (1974), de nuevo en suelo francés.


También tuvo tiempo de introducirse de lleno en la nouvelle vague con uno de sus máximos referentes, así rueda con Truffaut “La sirena del Mississippi” (1969) y sobre todo “El último metro” (1980), por el cual consigue el premio Cesar a mejor interpretación femenina.


En 1975 y a manos de Robert Aldrich rueda los que es su primera película en Norteamérica en lo que se preveía su desembarco en Hollywood, que al final no fue tal (solo se cuentan esporádicas participaciones en la meca del cine), con la obra “Destino fatal”.


Dentro del suelo francés se sigue poniendo a cargo de los más brillantes directores que no dudan un ápice en contar con el talento y la belleza de Catherine para sus obras. Así rueda con Téchiné, que cuenta con ella para varias de sus obras destacando “Hotel des ameriques” (1981) o “Los ladrones” (1996), con Rappenau (“Mi hombre es un salvaje”), Ozon con “8 mujeres” (2002)


Su espaldarazo internacional llega con el éxito de “Indochina” (1993) no solo le reporta lo que sería su segundo y definitivo César hasta la actualidad sino que la da la opción de competir e la gala de los Oscar por la estatuilla de mejor actriz, que finalmente se llevaría la británica Emma Thomson por “Regreso a Howards End”


Su afán por crecer como actriz la lleva a enrolarse con nuevo retos, así rueda varias películas en suelo italiano con directores tan relevantes como Monicelli (“Esperemos que sea mujer”), se convierte en un referente en el cine portugués de mano de el gran Manoel Oliveira, que no duda en contar con su presencia en varias de sus películas, se pone bajo las órdenes de Lars Von Trier, experimentando las nuevas tendencias llegadas del norte con “Bailar en la oscuridad” (2000) e incluso recientemente coquetea con el cine griego.


De su carrera más reciente se le reconoce su versatilidad, rodando en varios países europeos, su gran amor por su trabajo, rodando a un ritmo más acorde quizá con actrices más jóvenes, y por su continuo trabajo con lo más granada del cine francés personificado en sus continuas apariciones con Téchiné y Ozon o por aportaciones más mediáticas como la aparición en la nueva aventura de Asterix y Obelix (“Al servicio de su majestad”).


Sea como fuere con Catherine Deneuve repasamos a una mujer con la ideas muy claras que supo y sabe ganarse al público internacional renunciando a los oropeles de Hollywood gracias a sus versatilidad y una carrera labrada a base de trabajo, siendo parte de la historia viva no solo del cine francés sino todo un referente en el cine europeo e internacional.

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